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martes, 2 de septiembre de 2014

Yangón

Estas 3 próximas semanas seremos uno más; Versus. Myanmar es para tres.

Volamos desde Bangkok con Air Asia por 33€ cada uno. Nuestra primera toma de contacto con Myanmar fue Yangón, la antigua capital de Birmania.


¿Cómo llegar a la ciudad desde el aeropuerto? Con nuestros primeros kyats recién sacados del cajero, cruzamos la puerta de salida del aeropuerto. Hola Yangón! los taxistas se agolpan en la puerta preguntándote a donde vas. Todos nos piden 7.000 MMK, muchos de ellos tienen la boca roja y las comisuras de los labios secas con una costrilla marrón, nos miramos entre nosotros ¡esto es el betel! lo que ahora nos parece tan llamativo, en solo unos días nos parecerá lo más normal del mundo. Dentro del aeropuerto hay un stand de taxis, nos piden lo mismo y parece que no hay forma de regatear! Ya nos hemos dado cuenta de que los precios están fijados y ningún taxista cede, lo bueno es que tampoco hay ningún listillo que te quiere cobrar de más.

Los taxis son viejos y te advierten de que no hay aire acondicionado. Con un calor soportable y mucho ruido, tardamos casi dos horas en llegar al centro de Yangón. El aeropuerto está lejos, pero el gran problema es el tráfico, pasamos mucho rato parados en mitad de avenidas entre el caos circulatorio. Durante estas dos horas, absolutamente todo lo que ocurría a nuestro alrededor era digno de comentar. Empezamos por que circulan por la derecha y el conductor está en la derecha. Nuestro taxista de vez en cuando abría la puerta, se asomaba y escupía restos de betel al suelo, Versus que estaba sentado detrás de él nos iba transmitiendo la jugada; cantidad, consistencia, color… puajjjjj. Los conductores de alrededor no se quedaban cortos, como estábamos parados en un atasco te da tiempo a fijarte en todas las delicias. 

A mi lado iba un camión con 3 chicos sentados en la parte de la carga, entre tablones de madera y sacos. Uno de ellos saltaba del remolque cada vez que se detenían para poner una piedra enorme delante de la rueda a modo de freno, cuando reanudaban la marcha cogía la piedra y subía de un salto… el camión adelantaba 3 metros y paraba, el chico bajaba y volvía a poner la piedra... Delante, una niña sacaba la cabeza por la ventana del autobús mientras vomitaba en una bolsita, al terminar la dejó caer al suelo, abierta. Hola Yangón!


¿Dónde comer? Buscamos dónde comer cerca del hotel, justo en la calle de atrás hay varios puestos de comida callejera. En taburetes tamaño guardería y mesas que nos llegan a la espinilla, descubrimos lo que iba a ser la base de nuestra dieta los próximos 20 días, que el te es gratis y que las servilletas no existen; son rollos de papel higiénico.




La mejor opción para almorzar-comer (no abren para cenas) es ir a las casa de te. Nosotros estuvimos en Lucky Seven, abren de 6 a 16 h y está en 49th Street, muy recomendado! Sirven te gratis y tienen carta de comida en inglés. Allí probamos la típica sopa de fideos con caldo de pescado que se llama Mohinga y una ensalada de samosas que estaba buenísima! También tomamos Lassi, es una bebida fresquita que nos encantó. Nos llamó la atención que los camareros son niños de unos 8 a 10 años, pero parece que es algo normal en Myanmar. Otra curiosidad es que los camareros te dan la carta y se quedan mirándote, no desde la distancia, se quedan apoyados en tu mesa hasta que te decides. Pueden pasar 10 minutos que aunque le digas que aún no lo tienes claro ahí se queda, mirándote. Es incomodo, pero te acabas acostumbrando.


¿Dónde alojarse? Existe mayor demanda que oferta, esto no significa que sea complicado encontrar alojamiento, pero los precios son altos para lo que se ofrece. Alojarte en el centro de la ciudad te ahorrará dinero en trasporte, andar is free! El alojamiento lo reservamos por mediación de Booking; Hninn Budget Inn. Lonely Planet lo describe como “sparkling-clean and new”, nos pareció de todo menos eso. No es el peor de los alojamientos de Myanmar, pero está de los últimos. Pagamos 33.000 MMK por noche en habitación triple, baño compartido. Algo muy gracioso es el lugar donde sirven el desayuno, está en la planta baja de la guest house. Por la tarde pasamos por la puerta y en vez de mesas, sillas y huevos fritos con tostadas había una tienda de móviles.


¿Qué ver en Yangón?
Botataung Paya. Nuestra primera parada, una stupa que está a orillas del río. Al llegar vimos la cantidad de basura que vierten a sus aguas, las vistas son bonitas y el lugar podría tener su encanto pero está tan descuidado que si no vas verlo te ahorrarás un disgusto.


Lo interesante de Botataung Paya es que su “zedi” está hueca y se puede entrar. 

En el interior de la zedi
Aquí hay un pelo de Buda
Platanos y cocos como ofrendas

En la puerta están las taquillas (2$), y ya sabéis que estamos en modo noqueremospagarqueseloquedaelgobierno. Habíamos leído que siempre puedes encontrar otras puertas… en la parte de atrás hay una abierta! Advertencia, aunque parezca que estás entrando en Mordor no te preocupes, metete por esa calle que en tu ciudad nunca entrarías, verás que no pasa nada! más adentro está llena de niños jugando en los charcos y la arena, incluso podrás ver una partida de canicas.





Dejamos nuestras chanclas en la reja de entrada y disimulando nos metimos para adentro… dimos un paseo. Se nos acercó un hombre, hablaba inglés y empezó a explicarnos como funcionaba una máquina de ofrendas, era muy simpático y nos contó que era monje, empezó a hablarnos de mil cosas interesantes.

Antes de viajar a Myanmar, todo el mundo te advierte de que la gente es muy abierta y que los que saben inglés se te acercan simplemente para practicar el idioma, este monje era el mejor ejemplo! Nos enseñó todo el recinto, según nuestra fecha de nacimiento nos dijo qué animal somos; Versus el elefante con los colmillos largos, Antonio el león y yo el hamster. Nos acompañaba a todos lados y nos empezó a oler mal, no nos lo quitábamos de encima! Estaba anocheciendo y caminamos hacia la entrada dónde estaban nuestras chanclas… la puerta estaba cerrada con llave así que cogimos las sandalias y el monje nos acompañó a otra salida que también estaba cerrada! Constantemente nos despedíamos de él dándole las gracias por todo, pero no pillaba la indirecta y seguía con nosotros hasta que de repente nos pidió una donación. Nos vino muy mal, nos sentimos engañados, pensábamos que estaba hablando con nosotros simplemente porque era un majete… con pocas ganas le dimos 500 MMK y con todo su morro nos dijo que le teníamos que dar 7.000 MMK, en ese momento me tocó la moral. De toda la vida del señor, una donación ha sido que yo te doy lo que quiero por que quiero, pero exigir 7.000 MMK por acercarte TÚ a hablar con NOSOTROS no es una donación, es tener más cara que espalda. Conclusión: en Myanmar, en el taxi no se regatea pero en las “donaciones” sí. Acabamos pagándole 3.000 MMK a regañadientes y con una sensación súper fea. 

Los hombres de negocios ofrecen tabaco a esta imagen


Pasear por el centro de la ciudad. Pues no se si fue el monje gañán o que la ciudad es así, pero todo me pareció regular. Los edificios son feos y tienen moho, las calles están destrozadas y llenas de basura, barricadas con alambre de espino, las aceras rotas…un desastre. 





Si estáis pensando que soy una exagerada, aquí os dejo el callejón que se ve desde el baño de nuestro alojamiento.


Para agravar un poco la sensación de mugre, al día siguiente empezó a llover y ya nunca paró. Entonces la suciedad de la ciudad y las calles literalmente inundadas se convirtieron en mierda pura. Lo que antes era una calle llena de agujeros y aceras destartaladas, ahora son encerronas. No ves que hay debajo de ese río negro en el que tienes que meter tu pierna si quieres avanzar, así que no te queda otra que andar. Pero aquí nada se para ante este desastre, todo el mundo está en la calle, los coches pasan, las motos, el caos se incrementa y tu eres el único que está parado mirando el panorama. Ahora es el momento en que os recuerdo que lo mejor que podéis llevar son unas sandalias atadas al pié, vas a andar entre las aguas y tu pié va haciendo chof chof durante todo el día. Para entrar a cualquier sitio hay que descalzarse, entre la lluvia, la mierda que llevas tú y las 3.000 personas que han entrado antes, se crea un barrizal negro que te obliga a superar todos tus ascos a la fuerza.


Pero bueno, que también es bonito ver como es la ciudad, tiene su encanto, así viven ellos y así te toca vivir a ti. No os preocupéis! Yangón va a mejorar!...en la medida de lo posible...


El tren circular. Sin duda lo mejor de Yangón, cuesta 300 MMK/persona y tarda 3 horas en dar la vuelta completa. El primero sale a las 8.30 y el último a las 14.30. La parada más cercana al centro está en Sule Pagoda Road con Bogyoke Aung Road. Hace un recorrido circular por los alrededores de la ciudad, tiene 38 paradas donde podrás ver auténticos mercados alrededor de las vías, pueblos y lo más interesante; los propios birmanos en su día a día. Suben y bajan del tren cargados con la compra o simplemente transportando lo que llevan al mercado para vender, cargan cestas enormes en su cabeza.



  

En este tren me pasó algo muy especial. Una familia subió a nuestro vagón y se sentó delante nuestro, no se explicar muy bien porqué pero el marido, que iba con su mujer y su hija, me regaló unas flores que llevaba para vender. Entre abrumada y no se muy bien como reaccionar, les di las gracias. A los minutos él se volvió a levantar y me dio más flores, esta vez de otro color. Me hizo un ramo estupendo, no paraban de sonreír y hacer reverencias… estaban encantados de vernos delante de ellos y la madre parecía entusiasmada de que su hija tuviera contacto con extranjeros, eran encantadores!



Otra familia en el vagón de al lado, nos buscaba por la ventana cuando nos asomábamos entre parada y parada para hacer fotos. La niña se moría de vergüenza cuando la pillábamos mirándonos y pasamos casi las 3 horas jugando a "que te pillo” visual. Esto sí es lo que esperábamos encontrar en Myanmar y no al monje de pacotilla de ayer!



Bongyoke Market. Es un mercado para turistas, con souvenirs, telas, productos de belleza y artesanía. Os ofrecerán cambiar dinero pero ni se os ocurra aceptar, son timos. En el exterior por la parte de atrás, hay una calle llena de hombres tomando te, no es peligroso pero se respira ambiente de trapicheo.


Shwe Dagon y Sule Pagoda. Nuestro consejo es: todas las pagodas son parecidas y vas a acabar harto de verlas por todo el país, así que no pagues por entrar en ninguna. Si acabas de llegar y te puede el ansia, pues paga, pero piensa que ese dinero se lo queda el gobierno y que vas a ver más. Shwe Dagon es la más grande y la más cara; nos han dicho que te puedes colar entrando por los baños. A nosotros, la chica de la puerta nos vio ir al baño y nos interceptó jejjeje, también es cierto que nos daba igual no entrar y lo hicimos con poca gana y poco espabilados. Dimos un paseo por fuera y nos fuimos. En Sule Pagoda igual, no nos pudimos colar pero repito que ponemos poco empeño… lo curioso son las tiendas de alrededor de la pagoda, hay una tienda de guitarras.

Shwe Dagon


Sein Yaung Chi Pagoda. En Shwe Dagon Road, es una pagoda cubierta de espejos, es pequeña pero muy vistosa, vale la pena y es gratis.


Maha Wizara. Al lado de Shwe Dagon. Puedes acceder subiendo unas escaleras. Una vez arriba, en la puerta para entrar a la pagoda hay unas taquillas pero si paseas por fuera, hay más puertas y no se paga.


Es bonita y su interior curioso; está decorada como si fuera una selva y en la cúpula están las constelaciones representadas con animales. En la calle, antes de subir las escaleras estaba esta señora que por 1.000 MMK te daba un pajarillo para que lo dejases en libertad.



Kan Daw Gyi Lake. Para entrar hay que pagar 5$ ¡qué pesados! Qué no pagamos!


Chauk Htat Gyi Pagoda y Nga Htat Gyi Pagoda. Están bastante lejos del centro así que recomendamos coger un taxi, valen la pena. Están en Shwe Gon Taing Street, muy cerca uno del otro. Con apenas turistas y gratuito, son dos lugares que no te puedes perder.






Apuntes
  • En Yangón vive Aung San Suu Kyi, en la 54 University Avenue. No recibe visitas.
  • En el aeropuerto dan un desplegable con mapas de los lugares más turísticos de Myanmar, no lo dejes pasar! Para nosotros ha sido muy útil.
  • Desde cada balcón cuelga una cuerda con una pinza en la punta. La utilizan como timbre y sobretodo para subir y bajar cosas ligeras, vimos a un repartidor de publicidad enganchando los folletos en las pinzas.
  • Si quieres llamar al camarero, aquí no sirve el típico “jefe!”. Tienes que llamarlo echando besitos al aire. La primera vez que lo oímos nos resultó muy extraño, pero aquí es lo más normal del mundo. Lanzas unos besitos y dices: one beer!
  • En cada esquina hay puestos que venden betel, puedes ver como lo preparan y lo empaquetan.
  • Como se conduce por la derecha y el volante está en la derecha, los conductores de autobús necesitan un pinche que les diga si pueden adelantar. El pinche hace de todo; de retrovisor, de cobrador de tickets, cada vez que llega a una parada se asoma a la puerta y empieza a gritar a donde se dirige. El autobús ni se acerca a la acera ni para, la gente se agolpa y sube en marcha! Incluso la gente mayor sube con bastante facilidad, dan un saltito y arriba ¡Qué soltura! 
  • En gran parte de Asia es común encontrar andamios de bambú.
  • Cada 50 metros te encuentras un generador, ahí en medio, sin ton ni son. Muy acorde con la estética de toda la ciudad. 
  • En cualquier rincón puedes encontrar un pozo. Se ponen un pareo y con cubos de agua se dan una duchita mientras lavan la ropa. Yo no me pude resistir y aproveché para lavarme los pies y las piernas, que los llevaba frescos.



GASTOS EN YANGÓN (siempre hablamos de dos personas):
Alojamiento 2 noches: 32.775 MMK
Transporte: 14.444 MMK
Comida+agua: 22.460 MMK
Extras: 4.260 MMK
Total: 73.939 MMK –  56,92€ por 3 días

4 comentarios:

  1. Espectacular blog, amparo. Miguelon de Cr.

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  2. Patá pal monje a sus santos huevos hombre!
    Será Cabrón!

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