Estas 3
próximas semanas seremos uno más; Versus. Myanmar es para tres.
Volamos
desde Bangkok con Air Asia por 33€ cada uno. Nuestra primera toma de contacto
con Myanmar fue Yangón, la antigua capital de Birmania.
¿Cómo llegar a la ciudad desde el aeropuerto? Con nuestros
primeros kyats recién sacados del cajero, cruzamos la puerta de salida del
aeropuerto. Hola Yangón! los taxistas se agolpan en la puerta preguntándote a
donde vas. Todos nos piden 7.000 MMK, muchos de ellos tienen la boca roja y las
comisuras de los labios secas con una costrilla marrón, nos miramos entre
nosotros ¡esto es el betel! lo que ahora nos parece tan llamativo, en solo
unos días nos parecerá lo más normal del mundo. Dentro del aeropuerto hay un
stand de taxis, nos piden lo mismo y parece que no hay forma de regatear! Ya
nos hemos dado cuenta de que los precios están fijados y ningún taxista cede,
lo bueno es que tampoco hay ningún listillo que te quiere cobrar de más.
Los taxis
son viejos y te advierten de que no hay aire acondicionado. Con un calor
soportable y mucho ruido, tardamos casi dos horas en llegar al centro de Yangón.
El aeropuerto está lejos, pero el gran problema es el tráfico, pasamos mucho
rato parados en mitad de avenidas entre el caos circulatorio. Durante estas dos
horas, absolutamente todo lo que ocurría a nuestro alrededor era digno de
comentar. Empezamos por que circulan por la derecha y el conductor está en la
derecha. Nuestro taxista de vez en cuando abría la puerta, se asomaba y escupía
restos de betel al suelo, Versus que estaba sentado detrás de él nos iba transmitiendo la
jugada; cantidad, consistencia, color… puajjjjj. Los conductores de alrededor
no se quedaban cortos, como estábamos parados en un atasco te da tiempo a
fijarte en todas las delicias.
A mi lado iba
un camión con 3 chicos sentados en la parte de la carga, entre tablones de
madera y sacos. Uno de ellos saltaba del remolque cada vez que se detenían para
poner una piedra enorme delante de la rueda a modo de freno, cuando reanudaban
la marcha cogía la piedra y subía de un salto… el camión adelantaba 3 metros y
paraba, el chico bajaba y volvía a poner la piedra... Delante, una niña sacaba
la cabeza por la ventana del autobús mientras vomitaba en una bolsita, al
terminar la dejó caer al suelo, abierta. Hola Yangón!
¿Dónde
comer? Buscamos dónde comer cerca
del hotel, justo en la calle de atrás hay varios puestos de comida callejera.
En taburetes tamaño guardería y mesas que nos llegan a la espinilla, descubrimos
lo que iba a ser la base de nuestra dieta los próximos 20 días, que el te es
gratis y que las servilletas no existen; son rollos de papel higiénico.
La mejor opción para almorzar-comer (no abren para
cenas) es ir a las casa de te. Nosotros estuvimos en Lucky Seven, abren de 6 a
16 h y está en 49th Street, muy recomendado! Sirven te gratis y tienen carta de
comida en inglés. Allí probamos la típica sopa de fideos con caldo de pescado
que se llama Mohinga y una ensalada de samosas que estaba buenísima! También tomamos
Lassi, es una bebida fresquita que nos encantó. Nos llamó la atención que los
camareros son niños de unos 8 a 10 años, pero parece que es algo normal en
Myanmar. Otra curiosidad es que los camareros te dan la carta y se quedan
mirándote, no desde la distancia, se quedan apoyados en tu mesa hasta que te
decides. Pueden pasar 10 minutos que aunque le digas que aún no lo tienes claro
ahí se queda, mirándote. Es incomodo, pero te acabas acostumbrando.
¿Dónde alojarse? Existe
mayor demanda que
oferta, esto no significa que sea complicado encontrar alojamiento, pero
los precios son altos para lo que se ofrece. Alojarte en el centro de
la
ciudad te ahorrará dinero en trasporte, andar is free! El alojamiento lo
reservamos por mediación de Booking; Hninn
Budget Inn. Lonely Planet lo describe
como “sparkling-clean and new”, nos pareció de todo menos eso. No es el peor
de los alojamientos de Myanmar, pero está de los últimos. Pagamos 33.000 MMK
por noche en habitación triple, baño compartido. Algo muy gracioso es el lugar
donde sirven el desayuno, está en la planta baja de la guest house. Por la
tarde pasamos por la puerta y en vez de mesas, sillas y huevos fritos con
tostadas había una tienda de móviles.
¿Qué ver
en Yangón?
Botataung
Paya. Nuestra primera parada, una
stupa que está a orillas del río. Al llegar vimos la cantidad de basura
que vierten a sus aguas, las vistas son bonitas y el lugar podría tener su
encanto pero está tan descuidado que si no vas verlo te ahorrarás un disgusto.
Lo interesante de Botataung Paya es que su “zedi”
está hueca y se puede entrar.
En el interior de la zedi |
Aquí hay un pelo de Buda |
Platanos y cocos como ofrendas |
En la puerta están las taquillas (2$), y ya sabéis
que estamos en modo noqueremospagarqueseloquedaelgobierno. Habíamos leído que
siempre puedes encontrar otras puertas… en la parte de atrás hay una
abierta! Advertencia, aunque parezca que estás entrando en Mordor no te
preocupes, metete por esa calle que en tu ciudad nunca entrarías, verás que no
pasa nada! más adentro está llena de niños jugando en los charcos y la arena,
incluso podrás ver una partida de canicas.
Dejamos nuestras chanclas en la reja de entrada y
disimulando nos metimos para adentro… dimos un paseo. Se nos acercó un hombre,
hablaba inglés y empezó a explicarnos como funcionaba una máquina de ofrendas,
era muy simpático y nos contó que era monje, empezó a hablarnos de mil cosas interesantes.
Antes de
viajar a Myanmar, todo el mundo te advierte de que la gente es muy abierta y
que los que saben inglés se te acercan simplemente para practicar el idioma,
este monje era el mejor ejemplo! Nos enseñó todo el recinto, según nuestra
fecha de nacimiento nos dijo qué animal somos; Versus el elefante con los
colmillos largos, Antonio el león y yo el hamster. Nos acompañaba a todos lados y
nos empezó a oler mal, no nos lo quitábamos de encima! Estaba anocheciendo y
caminamos hacia la entrada dónde estaban nuestras chanclas… la puerta estaba
cerrada con llave así que cogimos las sandalias y el monje nos acompañó a otra
salida que también estaba cerrada! Constantemente nos despedíamos de él dándole
las gracias por todo, pero no pillaba la indirecta y seguía con nosotros hasta
que de repente nos pidió una donación. Nos vino muy mal, nos sentimos engañados, pensábamos que estaba hablando con nosotros simplemente porque era un
majete… con pocas ganas le dimos 500 MMK y con todo su morro nos dijo que le
teníamos que dar 7.000 MMK, en ese momento me tocó la moral. De toda la vida
del señor, una donación ha sido que yo te doy lo que quiero por que quiero, pero
exigir 7.000 MMK por acercarte TÚ a hablar con NOSOTROS no es una donación, es
tener más cara que espalda. Conclusión: en Myanmar, en el taxi no se regatea
pero en las “donaciones” sí. Acabamos pagándole 3.000 MMK a regañadientes y con
una sensación súper fea.
Los hombres de negocios ofrecen tabaco a esta imagen |
Pasear por
el centro de la ciudad. Pues no se
si fue el monje gañán o que la ciudad es así, pero todo me pareció regular. Los
edificios son feos y tienen moho, las calles están destrozadas y llenas de
basura, barricadas con alambre de espino, las aceras rotas…un desastre.
Si
estáis pensando que soy una exagerada, aquí os dejo el callejón que se ve desde
el baño de nuestro alojamiento.
Para agravar un poco la sensación de mugre, al día
siguiente empezó a llover y ya nunca paró. Entonces la suciedad de la ciudad y
las calles literalmente inundadas se convirtieron en mierda pura. Lo que antes
era una calle llena de agujeros y aceras destartaladas, ahora son encerronas. No
ves que hay debajo de ese río negro en el que tienes que meter tu pierna si quieres
avanzar, así que no te queda otra que andar. Pero aquí nada se para ante este
desastre, todo el mundo está en la calle, los coches pasan, las motos, el caos
se incrementa y tu eres el único que está parado mirando el panorama. Ahora es
el momento en que os recuerdo que lo mejor que podéis llevar son unas sandalias
atadas al pié, vas a andar entre las aguas y tu pié va haciendo chof chof
durante todo el día. Para entrar a cualquier sitio hay que descalzarse, entre
la lluvia, la mierda que llevas tú y las 3.000 personas que han entrado antes,
se crea un barrizal negro que te obliga a superar todos tus ascos a la fuerza.
Pero bueno, que también es bonito ver como es la
ciudad, tiene su encanto, así viven ellos y así te toca vivir a ti. No os
preocupéis! Yangón va a mejorar!...en la medida de lo posible...
El tren
circular. Sin duda lo mejor de
Yangón, cuesta 300 MMK/persona y tarda 3
horas en dar la vuelta completa. El primero sale a las 8.30 y el último a las
14.30. La parada más cercana al centro está en Sule Pagoda Road con Bogyoke
Aung Road. Hace un recorrido circular por los alrededores de la ciudad, tiene
38 paradas donde podrás ver auténticos mercados alrededor de las vías, pueblos
y lo más interesante; los propios birmanos en su día a día. Suben y bajan del
tren cargados con la compra o simplemente transportando lo que llevan al
mercado para vender, cargan cestas enormes en su cabeza.
En este tren me pasó algo muy especial. Una familia
subió a nuestro vagón y se sentó delante nuestro, no se explicar muy bien porqué pero el marido, que iba con su mujer y su hija, me regaló unas flores que
llevaba para vender. Entre abrumada y no se muy bien como reaccionar, les di las
gracias. A los minutos él se volvió a levantar y me dio más flores, esta vez de
otro color. Me hizo un ramo estupendo, no paraban de sonreír y hacer
reverencias… estaban encantados de vernos delante de ellos y la madre parecía
entusiasmada de que su hija tuviera contacto con extranjeros, eran
encantadores!
Otra familia en el vagón de al lado, nos buscaba por la ventana
cuando nos asomábamos entre parada y parada para hacer fotos. La niña se moría
de vergüenza cuando la pillábamos mirándonos y pasamos casi las 3 horas jugando
a "que te pillo” visual. Esto sí es lo que esperábamos encontrar en Myanmar y
no al monje de pacotilla de ayer!
Bongyoke
Market. Es un mercado para
turistas, con souvenirs, telas, productos de belleza y artesanía. Os ofrecerán
cambiar dinero pero ni se os ocurra aceptar, son timos. En el exterior por la
parte de atrás, hay una calle llena de hombres tomando te, no es peligroso pero
se respira ambiente de trapicheo.
Shwe Dagon
y Sule Pagoda. Nuestro consejo es: todas las pagodas son parecidas y vas a acabar harto de verlas por todo el
país, así que no pagues por entrar en ninguna. Si acabas de llegar y te puede
el ansia, pues paga, pero piensa que ese dinero se lo queda el gobierno y que
vas a ver más. Shwe Dagon es la más grande y la más cara; nos han dicho que te
puedes colar entrando por los baños. A nosotros, la chica de la puerta nos vio
ir al baño y nos interceptó jejjeje, también es cierto que nos daba igual no
entrar y lo hicimos con poca gana y poco espabilados. Dimos un paseo por fuera
y nos fuimos. En Sule Pagoda igual, no nos pudimos colar pero repito que
ponemos poco empeño… lo curioso son las tiendas de alrededor de la pagoda, hay
una tienda de guitarras.
Shwe Dagon |
Sein Yaung
Chi Pagoda. En Shwe Dagon Road, es
una pagoda cubierta de espejos, es pequeña pero muy vistosa, vale la pena y es
gratis.
Maha
Wizara. Al lado de Shwe Dagon.
Puedes acceder subiendo unas escaleras. Una vez arriba, en la puerta para entrar
a la pagoda hay unas taquillas pero si paseas por fuera, hay más puertas y no
se paga.
Es bonita y su interior curioso; está decorada como si fuera una selva
y en la cúpula están las constelaciones representadas con animales. En la
calle, antes de subir las escaleras estaba esta señora que por 1.000 MMK te
daba un pajarillo para que lo dejases en libertad.
Kan Daw
Gyi Lake. Para entrar hay que pagar
5$ ¡qué pesados! Qué no pagamos!
Chauk Htat
Gyi Pagoda y Nga Htat Gyi Pagoda.
Están bastante lejos del centro así que recomendamos coger un taxi, valen la
pena. Están en Shwe Gon Taing Street, muy cerca uno del otro. Con apenas
turistas y gratuito, son dos lugares que no te puedes perder.
Apuntes
- En Yangón vive Aung San Suu Kyi, en la 54 University Avenue. No recibe visitas.
- En el aeropuerto dan un desplegable con mapas de los lugares más turísticos de Myanmar, no lo dejes pasar! Para nosotros ha sido muy útil.
- Desde cada balcón cuelga una cuerda con una pinza en la punta. La utilizan como timbre y sobretodo para subir y bajar cosas ligeras, vimos a un repartidor de publicidad enganchando los folletos en las pinzas.
- Si quieres llamar al camarero, aquí no sirve el típico “jefe!”. Tienes que llamarlo echando besitos al aire. La primera vez que lo oímos nos resultó muy extraño, pero aquí es lo más normal del mundo. Lanzas unos besitos y dices: one beer!
- En cada esquina hay puestos que venden betel, puedes ver como lo preparan y lo empaquetan.
- Como se conduce por la derecha y el volante está en la derecha, los conductores de autobús necesitan un pinche que les diga si pueden adelantar. El pinche hace de todo; de retrovisor, de cobrador de tickets, cada vez que llega a una parada se asoma a la puerta y empieza a gritar a donde se dirige. El autobús ni se acerca a la acera ni para, la gente se agolpa y sube en marcha! Incluso la gente mayor sube con bastante facilidad, dan un saltito y arriba ¡Qué soltura!
- En gran parte de Asia es común encontrar andamios de bambú.
- Cada 50 metros te encuentras un generador, ahí en medio, sin ton ni son. Muy acorde con la estética de toda la ciudad.
- En cualquier rincón puedes encontrar un pozo. Se ponen un pareo y con cubos de agua se dan una duchita mientras lavan la ropa. Yo no me pude resistir y aproveché para lavarme los pies y las piernas, que los llevaba frescos.
GASTOS EN YANGÓN (siempre hablamos de dos
personas):
Alojamiento 2 noches: 32.775 MMK
Transporte: 14.444 MMK
Comida+agua: 22.460 MMK
Extras: 4.260 MMK
Total: 73.939 MMK – 56,92€ por 3 días
Espectacular blog, amparo. Miguelon de Cr.
ResponderEliminarGracias Miguelón!
EliminarPatá pal monje a sus santos huevos hombre!
ResponderEliminarSerá Cabrón!
Tranquilo, ya se encargará el karma...
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